Acabo de leer una columna en SoHo que se titula “No
me gustan los Hombres ¡Y que!”, y a pesar de ser una columna de opinión me
parece que bajo la bandera de la tolerancia y la defensa de un mensaje positivo,
emite juicios de valor que no se muestran muy tolerantes. Aunque acepto y, en
muchas ocasiones, defiendo la validez de la homosexualidad, en este caso debo
decir que la columna es absurdamente simplista. Una recopilación de clichés por
parte y parte cuyo único punto válido es que en temas de sexualidad todo es cuestión
de gustos.
Si bien es cierto que se plantea la auto-reflexión para
entender el punto de vista de la autora, ésta cae inmediatamente en el error de
justificar su posición a punta de denigrar el sexo opuesto. Bien podría decir un hombre homosexual (y debo
aclarar que aun cuando las siguientes preguntas me costó bastante formularlas, consideré
necesario alejarme de mi posición en pro de la objetividad) : ¿Como pueden
disfrutar unos senos flácidos en vez de unos pectorales firmes?¿ O no contar
con alguien que te sostenga con propiedad? Imposible me parece imaginar a dos seres
cuyo carrusel hormonal les impide entenderse a si mismas tratando entenderse
mutuamente! No puedo creer que existan hombres que toleren la indecisión
femenina y ¿que decir del descaro con que mienten tras dejar escapar esos
airecillos mortales? Además que cosa más terrible no saber si tu pareja quedó
satisfecha con el sexo o no. Estando con
un hombre no hay dudas de tu efectividad. Él se viene y punto, no te va a
engañar para que “te sientas bien” (de hecho no puede). Ah veneradísima verdad!
Antes de que empiecen nuevamente los alegatos “Mujeres Vs. Hombres”,
aclaro que lo que acabo de resumir en el párrafo anterior es completamente
absurdo y en gran medida, por no decir en su totalidad, subjetivo. Igual que
las afirmaciones de Amalia.
Es una generalización simplista con la cual intenta justificar
su orientación sexual. ¿Cuantas mujeres no existen acérrimas seguidoras del
fútbol, de modales cuestionables, con estruendosos ronquidos e “inconsciente” imperialismo
del colchón? A mi no me vengan a decir que en sus relaciones heterosexuales
casi se vienen y en las homosexuales “siempre” lo hacen (todas han sufrido de
manos y lenguas cansadas), ni que les da asco un “pipí” porque para ser
sinceros el sexo sea con quien sea y hágase como se haga, tiene de todo menos
de aséptico y perfumado. Y eso no es malo en lo absoluto!
Si nos salimos de las generalizaciones, todo con lo que
sueña Amalia, y muchas otras mujeres, es posible tanto con hombres como con
mujeres. La cuestión aquí es de gustos y no por ello se debe denigrar a uno u
otro sexo. Lo que valida las diferentes orientaciones sexuales es la diversidad
y naturalidad de los gustos existentes. A mi me fascinan las mujeres y mi
pareja muere por los hombres. Aunque para cada uno la posición del otro sea
imposible de asumir como propia, si es absolutamente comprensible… ¡Y punto!
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